Mariana Martin, la mexicana que endulza paladares canadienses
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- Por: Mariangel Calderón
Mariana Martin, una mexicana que lleva los sabores de la repostería tradicional a Canadá no imaginó que su amor por la cocina llegaría tan lejos. Desde los 13 años fue más disruptiva y de una familia de linaje de abogados eligió los aromas del pan al inflarse en los hornos.
Desde bien chiquita e interesada en la gastronomía recuerda que fue a un encuentro organizado por el chef Enrique Olvera y al ver la ponencia de la chef Elena Reygadas se sintió inspirada, así comenzó su camino académico en el International Culinary Center, en Nueva York, Estados Unidos, en ese tiempo no pensó que pasaría tres años cocinando con Reygadas, en las cocinas del restaurante Rosetta, en la Ciudad de México.
“Me cambió la la vida trabajar con la chef, me compartió la visión sobre la comida y los ingredientes, me encantó esa experiencia, se me apoyó para que siguiera estudiando”, fue así como se especializó en el Espaisucre de Barcelona España, también realizó estudios de agroecología en el Instituto Politécnico de Lyon, en Francia , para entender los procesos de producción de alimentos.
La vida terminó llevando a Mariana a Montreal, en Canadá, con una amiga abrió una panadería tradicional francesa, poco a poco y en modo de experimentación la mexicana comenzó a introducir conchas y pan de muerto en temporada, el tiempo y la extensa comunidad de mexicanos viviendo en Canadá terminó de contar la historia de éxitos de la chef Martín.
Para Mariana no solo se trataba de introducir los sabores de la panadería mexicana en Canadá, sino de contar su historia, el origen de los ingredientes, “salió un poco de la rebeldía, quería demostrar que puedo hacer bien pan siendo mexicana, con muy buenos ingredientes que hay en México, seguí haciendo pan desde mi trinchera (…) se salió de control y ya no solo vendía pan a los mexicanos, sino de otras nacionalidades”.
Los caminos de Mariana y su amiga canadiense se separaron, Mariana quería seguir imprimiendo el sello mexicano en Canadá y así fue como nació Carlota, en Montreal, Québec, “el valor agregado es que está rico porque tengo conocimiento técnico para hacerlo, no lo hago a partir de la nostalgia, sino que tengo experiencia profesional en cocinas”, explicó Martín en entrevista con panaderos MX por el mundo.
“El gancho es introducir un confort gustativo, a veces es a partir de los ingredientes como se enamoran los comensales (…) Se trata de romper el estereotipo de que los mexicanos somos flojos, que la comida es solo texmex, es importante recuperar el contexto cultural de los verdaderos ingredientes mexicanos”. Y es que a Carlota van mexicanos y canadienses por igual, desde los que extrañan los sabores de México hasta los que tienen gustos más selectos, incluso hay quienes ya piden brioches de mole negro, lo que demuestra que el poder mexicano, sus sabores y tradiciones, no tienen frontera.