Los mexicanos, somos trabajadores, entrones y muy dicharacheros, nuestra sangre latina se caracteriza por ser alegre y ese sentido del humor es uno de los ingredientes que lo han llevado al éxito de sus negocios, explica el chef José Michelle Muñoz Magaña a Cocineros MX por el Mundo.
“La embajada de México en Italia ofreció liderar un restaurante en Alejandría en el que mis papás cocinaban, fue todo un éxito porque además de que mi mamá cocinaba muy rico se hacía un ambiente muy bohemio característico de las fiestas mexicanas”, explica Magaña al recordar el comienzo de su amor por la cocina y a las raíces mexicanas.
El chef nació en el emblemático barrio de Santa María la Rivera, en la Ciudad de México, solo que a los ocho años de edad sus papás se lo llevaron a Italia persiguiendo un mejor futuro para sus hijos. “Nos fuimos a Italia porque una de mis tías se casó con un italiano que tenía un restaurante mexicano que se llamaba El Mariachi y ahí trabajaron mis papás cuando recién llegaron a Italia”, comenta José Michelle.
La familia Muñoz Magaña no había llegado a Italia desde tan lejos como para no cumplir sus sueños así que comenzaron con la difusión de la gastronomía mexicana, para doña María del Socorro, la mamá de José Michelle, la cocina mexicana es el corazón de todo y más cuando se está lejos de México y conseguir ingredientes para poder preparar platillos siempre fue un reto, pero no uno imposible, cuenta el chef.
“Un día mi mamá fue a comprar mazorcas a un campo de maíz y el productor le dijo que no se vendían porque eran para darle de comer a los puercos, `pues yo soy puerca y quiero mis elotes`”, contó el cocinero entre risas mientras recordaba cuando su mamá conseguía este alimento y preparaba esquites y elotes como los que se venden en cada esquina de México, era una fiesta en la familia.
Orgullosa de sus tradiciones culinarias, María del Socorro disfrutaba de la difusión de la comida de su país, por lo que decidió participar en un festival gastronómico callejero, en el que sirvió tacos con tortillas hechas a mano y frijoles charros, entre otros guisos típicos que volvieron locos a los paladares italianos, así nació la idea de que la familia abriera su propio restaurante.
“Soy muy impulsivo y un día mientras mi mamá estaba en México de vacaciones yo pedí un préstamo al banco y aproveche la venta de un restaurante que ya había visto y por teléfono le di la sorpresa a mi madre de que lo había comprado, a ese restaurante le pusimos Los Mexicanos”, platica en entrevista exclusiva con este medio, entonces José apenas tenía 19 años y no midió los gastos, por lo que el sueño sólo duró tres años.
Las oportunidades siempre llegan sin planearlo y un día una amiga contadora le explicó que el problema no era el sabor ni el servicio, sino su contaduría, con un buen par de consejos financieros y una buena dosis de apoyo moral José se aventuró a abrir El Pistolero, un restaurante que ofrece auténtica cocina mexicana que replica las recetas que dejó como herencia María del Socorro y con la ayuda de sus enseñanzas y consejos, así como sus experiencias previas, este lugar ha ido adquiriendo un lugar entre los corazones italianos.
El Pistolero no olvida sus raíces mexicanas, así que una vez al mes crean un platillo en beneficio a una causa social en México.
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Reportaje por Brenda Vega